34.469 espectadores acudieron al cine, durante los años 1969/1987, en Valencia de Alcántara para ver las películas de Manolo Escobar. 3 de ellas se encuentran entre las 10 de mayor recaudación del periodo.
Manolo Escobar fue un productor inconmensurable; con su trabajo hizo feliz a los demás y dio de comer a multitud de familias que generaban ingresos a merced del cantante, y este es un reconocimiento que merece ser considerado por parte de la industria.
Fue un símbolo de la cultura popular española sin precedentes; sobreviviendo al expolio cultural que la floreciente democracia aplicó a todos los artistas españoles que coexistieron a la par que el régimen de Franco.
Manolo Escobar será irrepetible. No ha habido ni lo habrá, un artista que vuelva a conseguir la proeza de permanecer durante tantos años en activo y con tanto tirón popular. Protagonizó 19 películas y todas fueron exhibidas por la Empresa Ber-Mag.
¡Gracias!
Con la perspectiva del paso del tiempo, se podría decir que el éxito de las películas de Manolo Escobar estaba en su desbordante simpatía, le caía muy bien al público; de hecho, aunque interpretó todo tipo de personajes: curas, marineros, toreros, camioneros... en realidad nunca dejó de ser él mismo... hasta sus personajes se llamaban Manolo.
En mi libro HOY en 2 SESIONES tengo un capítulo («La Casa de las Chivas») dedicado a Manolo Escobar, al estreno en Valencia de Alcántara de una de sus películas.
El paso fronterizo de Valencia de Alcántara, la frontera
hispano-lusa de Puerto Roque, ha sido filmado en diversidad de ocasiones para
argumentar la acción real de las películas. Quizás, la más importante por
duración, rodaje y revuelo, fue la concerniente a la película italiana «A la
revolución en un dos caballos» (Alla rivoluzione sulla due cavalli) realización
de Maurizio Sciarra en 2001.
Sinopsis:
Amanece en la mañana del 25 de Abril de 1974, cuando Marco, un joven italiano veinteañero y su amigo portugués, Víctor, dejan París en un Citröen de color amarillo. Su destino es Lisboa que, esa misma noche, se ha liberado de una de las dictaduras más duraderas. El deseo de tomar parte en un acontecimiento histórico, que ocurre una vez en la vida, más el entusiasmo de hacer un viaje juntos y la curiosidad de conocer diferentes lugares y gentes, arrastran a estos dos jóvenes a su nueva aventura. Pero la aventura no es está completa sin Claire, que fue la novia de Víctor en sus años estudiantiles de París. Claire está deseando tomar unas pequeñas vacaciones lejos de su rutina, de su marido y de su hijo. El trío compartirá experiencias inolvidables. El mítico Citröen, los maravillosos paisajes que atraviesan, las fronteras que cruzan, los numerosos encuentros que surgen en la carretera, la banda sonora que ofrece la radio: éstos son los ingredientes de un viaje que nunca olvidarán. (FILMAFFINITY)
La
Revolución de los Claveles, es el nombre por el que se conoce
al levantamiento militar del 25 de abril de 1974 que provocó la caída en
Portugal de la dictadura salazarista que dominaba el país desde 1926. Este
acontecimiento histórico ha sido llevado al cine en múltiples ocasiones pero
aquí, con esta película, es donde nuestra frontera adquiere mayor relevancia;
aunque, también hay que decir en honor a la verdad que, los militares y cuerpos
de seguridad que ese día custodiaron la frontera, no eran como lo muestran en
la película...
Ellos eran los de siempre, con algún que otro refuerzo militar,
pero sin esa hosquedad que representan. Por lo general gente de paz; y si algún
día que otro te pillaban con algún kilito de café pues te lo quitaban y santas
pascuas. A mí, en una ocasión muy especial, una persona muy seria que años
después por circunstancias del destino pasaría a formar parte de mi familia, no
me dejó pasar a Portugal porque el coche que había adquirido meses atrás le
había caducado el día anterior el permiso de circulación provisional que
disponía... ¡Vaya! con lo contento que iba yo a Portugal con mi flamante coche de
segunda mano repleto de emocionadas amigas ávidas de aventuras tranfronterizas.
Nuestra frontera era entretenida, de verdad; hubo un tiempo que para estar
definitivamente en Portugal había que parar en tres o cuatro controles
diferentes... y a la vuelta, ¡eso sí que eran nervios!; hasta cuando no
llevabas nada que declarar.
En Valencia de Alcántara, ese día histórico de nuestro
vecino país, no ocurrió nada especial. Normal, diría yo. En el Teatro Luis
Rivera se presentó la película «El Cobra» (Il Cobra), película italiana de 1967
dirigida por Mario Sequi y protagonizada por Dana Andrews, Pietro Martellanza,
Anita Ekberg y los españoles Elisa Montés y Jesús Puente y asistieron a verla
ese jueves, cincuenta y cinco espectadores con la tranquilidad acostumbrada.
Todo lo contrario ocurrió durante los días que por aquí
anduvieron los del cine; sobre todo con la contratación de extras... ¿conocéis
alguno?
Si el cine es arte, el cartel de cine ha sido a lo largo de su historia el arte de inmortalizarlo fuera de la pantalla. Ningún otro soporte ha desarrollado en tan limitado espacio una capacidad de síntesis tan precisa, expresiva y reveladora del alma de la película; nadie como él ha proyectado tan abundancia de sueños y simbolismos escénicos; a nadie como al cartel le debe tanto la afloración y consolidación del Star system o, lo que es lo mismo, la inmortalización de los astros y estrellas. P.Baena Palma «El Cartel de Cine en España»
Por una peculiaridad nacida del reciclaje, los carteles de las películas que se exhibieron en el Teatro-Cine Luis Rivera están, la mayor parte, conservados y hoy día conforman una impresionante y a la vez insólita colección de obras de los más significativos artistas, creadores y diseñadores que a lo largo de dos décadas (1969/1987) presidieron las fachadas de los cines españoles; uno de los legados artísticos más emblemáticos y nostálgicos de la cultura popular del siglo XX.
Esta, hoy apreciada colección, se formó al inicio de la última etapa, con la Empresa Ber-Mag;
los afiches (papel de diferentes gramajes de 100 x 70 ctm.) de las películas ya exhibidas, se guardaban para ser después reutilizados como envoltorios para el transporte y devolución de los fotogramas o imágenes de las películas impresas en cartón que se suministraban en alquiler a los cines para, junto con los afiches, publicitar las películas. En principio, los afiches se empezaron a juntar ya que de cada película se adquirían varios y sólo uno se utilizaba para el envoltorio; después, al ser sustituidos los fotocromos de cartón por otros de papel que ya no había que devolver, la costumbre de guardar los afiches continuó y así, cuando nos dimos cuenta, teníamos creada una colección que, si al inicio fue casual, con el tiempo se convirtió en hábito y labor de coleccionista.
Desde hace varios años estos afiches van siendo expuestos, a modo decorativo, en unas carteleras ubicadas a la entrada del establecimiento comercial MultiTienda en Valencia de Alcántara.
La exposición se inició con uno de los afiches más emblemáticos de nuestra cinematografía «La Muerte tenía un precio» 1965 (Italia-España-Alemania); un diseño de Mac, Macario Gómez, realizado por encargo de la distribuidora Regia Films Arturo González; un cartel que resulta inequívocamente antológico, y que se ha reproducido hasta la saciedad en infinidad de soportes ilustrativos sobre el spaghetti-western. El diseño de Mac huye de la imagen estereotipada de su protagonista, Clint Eastwood, con el clásico poncho, gesto fruncido y habano atravesado; Mac compuso su obra sobre la escena en la que Lee Van Cleef pisa la mano del forajido que acaba de abatir para arrebatarle su revolver, aún humeante. Mac arriesgó mucho, pero ganó la apuesta.
Italiano (2) y USA
Francés, Alemán y Japonés
«La Muerte tenía un precio» fue durante muchísimo tiempo la película española con el mayor número de espectadores. En Valencia de Alcántara se repuso en cinco ocasiones, de las cuales tres fueron en el Teatro Luis Rivera: 17 de junio de 1973 (650 espectadores), 25 de noviembre de 1979 (469 espectadores) y 29 de agosto de 1985 (248 espectadores).
«El Mejor de todos los Tiempos», acertado título para un espectáculo flamenco que precisa el valor de la estrella que lo encabeza: PEPE MARCHENA. El espectáculo, todo un ligado de figuras del cante hondo, hizo su presentación en el Teatro Luis Rivera el domingo 14 de noviembre de 1971. Pepe Marchena, acompañado de otras tantas figuras, como los Hermanos Valderrama y el inigualable Manolo «El Malagueño», dieron un primoroso recital de canciones para el deleite de los allí presentes.
PEPE MARCHENA
José Tejada Martín, cantaor payo conocido con el sobrenombre artístico de NIÑO DE MARCHENA y también, ya en la madurez, como PEPE MARCHENA nació en Marchena (Sevilla) en el año de 1903, y murió en Sevilla en 1976. Fue el principal representante de la divulgación del fandango de su repertorio creativo de todas las provincias andaluzas, engrandeció su forma del fandango de su propio repertorio de maestros de maestros, de esa época grandiosa de la ópera flamenca. Su cante a base de gorgoritos, falsetes y recitados era una forma única de este gran cantaor.
Nadie cantaba con el sentimiento que él ponía en los fandangos, seguirillas y soleás. Tenía su propio estilo, recargando hasta la exasperación de gorgoritos su cante. Era una época en que estaba de moda la ópera flamenca y rompiendo con la dejadez de los puristas del cante se integró en dicha tarea, conquistando para el cante a públicos alejados de los palos más profundos. Cuando su éxito se lo permitió innovó, mezclando estilos entre sí e introduciendo textos recitados en medio de las coplas. Esto le convirtió en el más grande, en el cantaor flamenco más apreciado de la historia, el más original y el que supo extender los compases a un sector más grande de la población, sacando el flamenco de su tradicional recoveco de tablaos de tabernas.
MANOLO «EL MALAGUEÑO»
Su nombre verdadero era Manuel Pendon Rodriguez, nació en Málaga en 1912 aunque años después tiene que emigrar y se marcha a Córdoba. Con el arte en las venas empieza a cantar en 1930 por el mero placer de hacerlo, aunque el empuje definitivo se lo daría el gran cantaor y maestro Pepe Marchena, debutando en el Teatro Fontalba de Madrid con el espectáculo «La encontré en la Serranía» Posee una amplia discografía. Fallece en la ciudad de Sevilla, en el año 1975.
HERMANOS VALDERRAMA
Ángel y Manolo, formaron en 1951 un dúo al que pusieron de nombre «Hermanos Valderrama», recorriendo toda Andalucía, Extremadura y el levante español. En 1956 su hermano Juanito los contrató para formar parte de su espectáculo. Esta relación profesional duró hasta entrados los años 70. En 1957 grabaron su primer disco y desde entonces trabajaron tanto en la compañía de Juanito como con las figuras más importantes de la época: Pepe Marchena, La Niña de los Peines, La Niña de la Puebla y un largo etcétera.
Los indios se quedaron sin plumas y los cowboys emigraron al polo norte cuando GROUCHO, CHICO y HARPO llegaron al oeste. Así rezaba en el programa una de las frases publicitarias que acompañaba una de las películas de humor seleccionadas para este divertido festival que, como en otras ocasiones, contó con mucho interés por parte de una clientela siempre expectante de nuestra actividad cinematográfica. Los festivales de películas eran frecuentes en la programación del Teatro-Cine Luis Rivera y solían ofrecerse esporádicamente a precios especiales y con variedad de contenidos.
